Vuela en Jericó
Llegar a Jericó es asomarse a una tierra de colores. Así es este pueblo que cuelga de las nubes y que hace sentir al que llega más cerca del cielo.
El Suroeste antioqueño, con su característico olor y paisajes cafeteros, se enorgullece de ser padre de estas tierras que han sido protagonistas del desarrollo cultural del departamento. Un lugar donde la tradición y la historia se envuelven en un clima frío y caminan por calles empedradas, dándole la bienvenida a lo nuevo, sin olvidar sus tesoros patrimoniales.
Caminos de sueños emergen en medio de una arquitectura que refleja el pasado y la memoria. Sus casas son construcciones derivadas de técnicas tradicionales donde los muros de ladrillo o bahareque son mayoría, los cuales narran el legado de la colonización antioqueña en una topografía variada.
En el interior de estas casas hay patios por los que se asoman los rayos del sol, y corredores con columnas de madera, amplios balcones y tribunas, como se les llama a las ventanas de las casas tradicionales de los pueblos. Y es en una de estas tribunas donde aparecen personajes como Chila, una mujer que tiene como su mayor tesoro más de 100 escapularios que cuelgan en las paredes de su casa.
En las escaleras del pueblo, que parecen un atajo hacia las nubes, puedes llegar a diferentes miradores que ofrecen vistas panorámicas, o a un monte donde la naturaleza, la espiritualidad y el vuelo de una cometa colorida se unen en las mañanas. Así puedes pasar el día en este pueblo que vio nacer a Laura Montoya Upegui, la primera santa colombiana.
En el cable aéreo puedes subir a Las Nubes, el parque donde las familias jericoanas disfrutan de la naturaleza en lo alto de la montaña y donde, una vez más, tendrás la oportunidad de estar frente a un paisaje donde se destacan los 11 templos sagrados y los claustros y conventos de comunidades religiosas.
Jericó es un sitio donde se celebra la cultura, se destacan el Museo de Arte contemporáneo MAJA, el Centro de Historia, el Teatro Santa María, numerosas iglesias, bellas capillas y la casa donde nació y fue bautizada su santa.
Es la tierra natal de numerosos poetas, escritores como Manuel Mejía Vallejo y artistas como el escultor Luis Fernando Peláez, también es el lugar donde han alzado vuelo las anécdotas de ocho mujeres cuyas vidas han estado ligadas a este territorio y dan muestra de su diversidad y tradiciones. En El infinito vuelo de los días conocerás con ellas la plaza del pueblo con su religiosidad y sitios de comercio; viajarás por serenatas y caminos de herradura con sus historias de amor de tiempos pasados; y recorrerás los lugares donde aman la vida y toman forma sus relatos llenos de sabiduría.