Blog

Ruth Mesa

Ruth Mesa, sabor a vida

  |   La película   |   3 Comments

El infinito vuelo de los días se inicia en la memoria, el amor y la presencia vasta del espíritu de mi tía abuela Ruth Mesa, hermana del Mayor Mesa, padre de mi padre. Ella es el inicio, el espacio donde el vuelo emerge, la inspiración.

 

Su alma sin edad era la aliada de grandes y jóvenes, compañía ecuánime para la vieja experiencia y alcahueta gozosa del joven despertar. Todas las etapas, todos los estilos cabían en su presencia y todos buscábamos su compañía sin juicios y su narrativa deleitosa.

 

Con ella se hablaba de lo bello, de lo decorativo, de los encuentros mundanos y las delicias pasajeras, pero al mismo tiempo se hablaba de lo profundo, de los encuentros significativos, de las penas, las desventuras y los desencantos para, casi siempre, concluir con una carcajada gozosa y burletera. A través de sus palabras lo tejía todo, y su danza de palabras-dualidades, lo bueno y lo malo, la luz y la sombra, se mezclaba siempre como una receta inédita que terminaba sabiendo delicioso: sabor a vida.

 

Casi siempre respondía a las largas preocupaciones familiares con la frase “déjenlo ser feliz así sea equivocadamente”. Esa era su filosofía. No había juicios, había humanidad, y sus sentidos que pocas veces se perturbaban, se deleitaban con esa humanidad como con un plato exquisito, hecho de múltiples ingredientes, que se cocina a fuego lento.

 

Casi siempre que nos reuníamos Jericó aparecía en el paisaje de su imaginario. Así el pueblo donde vivió su infancia, se convirtió en uno de los personajes principales de tardes y noches de tertulia. A todos nos encantaban las historias de la tía Ruth y su infancia en Jericó. Su presencia y sus historias eran el latido y el ritmo del corazón de nuestra familia.

 

Creo que el espíritu nunca muere, muta y se trasforma, pero cuando ella murió, se cerró un capitulo en nuestra historia familiar bello, gozoso, amoroso y musical. Luego tome conciencia de que de manera colectiva muchas mujeres encarnan ese espíritu femenino que nos funda, que nos nutre y que expresa de manera profunda nuestros valores.

 

Quise ir a Jericó a encontrarme con mujeres que como ella viven con tanto carisma y con tanta gracia el espíritu femenino de nuestra cultura Antioqueña, como una pequeña expresión del patrimonio inmaterial, cultural y espiritual Colombiano.

 

El infinito vuelo de los días es un itinerario, un tejido de colores, presencias, palabras y musicalidad que rinde tributo, celebra y contempla la belleza de ese espíritu, que en mi familia encarnó mi tía Ruth, y que Chila, Luz, Celina, Fabiola, Lycinia, Ana Luisa, Elvira, Manuela y Laura también lo hacen como muchas otras mujeres en sus familias. Por eso este vuelo nos pertenece a todos, es un canto de amor, una celebración y un tributo a la intimidad, autenticidad y belleza de nuestro espíritu femenino.

 

Catalina Mesa.

3 Comentarios
  • maria paulina ochoa ceballos | May 7, 2016 at 10:08 pm

    Qué hermosura la llevo en mi corazón.
    Te felicito Cata que lindo relato.

  • Patricia Gutierrez | May 2, 2017 at 3:38 am

    Me acabo de ver el especial por caracol. Que belleza, que enseñanzas. Gracias mil.

  • Mirian Lucía Camargo espejo | May 2, 2017 at 4:41 am

    La grabé y la vi dos veces seguidas me dio nostalgia, alegría, sentimiento, ganas de llorar ganas de reír muchos Sentimientos encontrados, deseos de vivir en un sitio asi, sin afanes sin angustias el corre corre que trae el día a día con la frescura del campo de las flores de los árboles de las aves, recibí la noche con una buena copa de licor, creer como ya es creía sin tanto cuestionamiento simplemente con fe, Gracias mil gracias.

Publíca un comentario