El vuelo en HotDocs: una marcha inolvidable
Ya había terminado la corrección de color y el mixage de sonido. Estaba finalizando la corrección de los subtítulos en inglés cuando me llegó un e-mail de que HotDocs el festival internacional de documentales de Toronto, uno de los más importantes del mundo, había seleccionado el film para su sección International Spectrum. Fue una gran sorpresa. Mi concentración en el último año había estado puesta en la obra, en terminar el film de la mejor manera, no había tenido un instante para pensar en la próxima etapa: los festivales y la difusión.
La energía del festival, sus organizadores, programadores, y audiencia cinéfila y sensible fue el contexto soñado para estrenar la película en salas. Las tres proyecciones estuvieron llenas y luego de cada una el público me hizo muchas preguntas. El asunto de los subtítulos me inquietaba, ¿cómo traducir un humor tan local?, “la carranga resucitada”, por ejemplo. El gran reto de viajar con la película es que la traducción sea impecable, por eso cuando escuché a la audiencia reírse por primera vez sentí un gran alivio, sentí que aunque el trabajo de traducción nunca es perfecto, era lo suficientemente bueno para compartir, a través de la oralidad, la intimidad y la realidad de los personajes.
Descubrí que Toronto es la ciudad más grande de Canadá, la capital de la provincia de Ontario, el tercer centro de la industria cinematográfica y de televisión en América del Norte y una de las ciudades mas cosmopolitas del mundo: 49% de su población nació fuera de Canadá. Originalmente fue un fuerte francés y después se convirtió en un refugio de colonos británicos y americanos. Así la arquitectura es una mezcla de construcciones europeas y edificios modernos. Me sorprendió la cantidad de edificios en construcción, se siente una ciudad en constante evolución.
El video que comparto a continuación, fue del día que llegué a Toronto. Al salir del hotel vi un gran desfile organizándose, al preguntar me explicaron que era una conmemoración del departamento de seguridad de Ontario. Me llamaron la atención los uniformes elegantes y la preparación de una música increíble. Donde hay música estoy, no pude evitar seguir a la banda y después de cuatro minutos de caminar con ellos, entré en su ritmo y me hipnotizó su música. Los seguí durante media hora, hice parte de su trayectoria y creo que hubiera podido seguir, su música me llevó a un tiempo inmemorial, me hizo viajar.
Allí estaba, en Toronto, invitando a su audiencia a viajar a través de un itinerario musical a la tierra de mis raíces, las montañas de los Andes, Jericó, y ellos me recibieron marchando. Marché a su lado al ritmo de una música que me llevó al tiempo de sus ancestros europeos… una marcha inolvidable.
Gustavo Vargas Camacho | May 30, 2016 at 2:31 pm
Excelente. Me llena de orgullo y de infinita felicidad.