Dolly Mejía, poesía con espíritu femenino
Dolly Mejía es una poeta jericoana reconocida por su literatura y trabajo periodístico. Nació el 6 de agosto de 1920 y empezó su formación académica en la Escuela de Niñas de Jericó hasta los nueve años. Luego continuó su educación en Medellín y más tarde vivió en Bogotá y Europa, donde realizó estudios de periodismo, arte y museología.
Perteneció a la Asociación de Escritores y Artistas de Colombia. Fue redactora del periódico El Tiempo, directora del suplemento literario del diario La Republica y colaboró para varios medios nacionales como la revista Cromos y El Colombiano.
De su obra literaria se destacan Las horas doradas (1945); Alborada en la sangre (1946); El pastor y sus estrellas (1949); Manos atadas: poema dramático en tres actos (1951) y, Antología poética (1956).
La voz propia y el estilo directo son lo más llamativo de su poesía, a diferencia del de otras mujeres de su época que recurrían constantemente a la metáfora por el miedo a ser juzgadas. Dolly Mejía falleció en Bogotá el 26 de octubre de 1975.
Quién mejor que ella, la poeta a la que se le atribuye una voz original con actitud femenina, para inspirar Jericó: El Infinito vuelo de los días. Sus poemas son una fiel descripción del espítiru femenino antioqueño y por eso hoy queremos compartir unos de sus versos.
“Ternura que entre mis manos
se ha tornado brisa y canto;
tenue vibrar en mis venas,
música azul en mi llanto.
Esta ternura me ciñe
toda el alma y todo el cuerpo
y pone frutas maduras
en el umbral del recuerdo
Esta ternura me ha puesto
el corazón como un niño
y estoy tan pura y tan blanca
como besada de lirios.
Hoy mi alma es un estanque
de agua sonriente y tranquila;
canarios de flautas mágicas
por entre mi voz caminan.
Y hasta las penas ha vuelto
mas sutiles y mas mías
y soy toda una caricia…
y soy toda poesía…”
Dolly Mejía