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Así comienza el vuelo

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“Quiere vibrar, de amor, en este instante

mi lira, aunque tan nueva abandonada;

y quiero — peregrino en esta noche —

de los pies desatadas las sandalias,

penetrar el palacio luminoso,

al templo regio donde oficia el alma,

para ofrecerle a la mujer mis flores

en el vaso sin luz de mis palabras,

y hacer que ante ella, como un ave alegre,

mi rojo corazón abra sus alas”.

   El elogio de la mujer

José María Ospina

                                        Jericó, (Antioquia-Colombia) Julio de 1951

 

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